sábado, 26 de julio de 2008

O sole mio

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Me encantan las canciones italianas y una de mis favoritas es esta. Escrita en 1898, la letra es de Giovanni Capurro y la música de Eduardo di Capua. La versión original esta escrita en napolitano. Muchos han interpretado esta hermosa melodía, personalmente me quedo con la versión de Domenico Modugno, un cantante italiano que tuvo su época de mayor esplendor allá por los años 50. La letra es un canto al sol, no habla de amor humano, sino un amor al astro rey, a pesar de lo que puedan decir las muchas traducciones romantiqueras

O Sole Mio - Domenico Modugno


Che bella cosa na jurnata 'e sole,
n'aria serena doppo na tempesta!
Pe' ll'aria fresca pare gia' na festa...
Che bella cosa na jurnata 'e sole.

Ma n'atu sole
cchiu' bello, oi ne'.
'o sole mio
sta 'nfronte a te!
‘o sole, ‘o sole mio
sta 'nfronte a te!
sta 'nfronte a te!

Quanno fa notte e 'o sole
se ne scenne,
me vene quase 'na malincunia;
sotto 'a fenesta toia restarria
quanno fa notte e 'o sole
se ne scenne.

Ma n'atu sole
cchiu' bello, oi ne'.
'o sole mio
sta 'nfronte a te!
‘o sole, ‘o sole mio
sta 'nfronte a te!
sta 'nfronte a te!

TRADUCCION

Qué bella cosa es una jornada con sol
y una brisa serena después de la tempestad
el aire fresco semeja una fiesta
que bella cosa es una jornada con sol

mas otro sol
mas bello no hay
oh sol mio
estoy frente a ti!
oh sol, oh sol mio
estoy frente a ti!
estoy frente a ti!

cuando llega la noche y el sol se oculta
me viene casi la melancolía
sólo un tiempo para descansar
cuando llega la noche y el sol se oculta.

mas otro sol
mas bello no hay
oh sol mio
estoy frente a ti!
oh sol, oh sol mio
estoy frente a ti!
estoy frente a ti!

jueves, 17 de julio de 2008

Jesus

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Dos ¿fotografias, pinturas?... bueno, lo que sea, de Jesús: uno muy nice y otro muy revolucionario. Los dos extremos del mundo y las ideologías.





Pajarillo

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Pues ultimamente he estado enamorisqueada de Venezuela, quizá a raíz de Canaima, de las telenovelas o de su música... que sé yo. En fin, pues que voy a poner la letra de una canción clasica de los llanos venezolanos, no es Alma Llanera, esa ya esta muy choteada. Esta se llama Pajarillo. Si encuentro el audio lo pongo, si no, pues ni modo.

PAJARILLO
Aaaaaaaa...............

Pajarillo, pajarillo,
que vuelas por mi rivera
por qué no vuelas ahora
que llegó la primavera
me dijiste que era firme,
como la palma en el llano
si la palma fuera firme,
no la picara el gusano
no la tramoleara el viento,
ni la secara el verano
a mi me pueden llamar,
trueno, relámpago y rayo
si me pega buena brisa,
vuelo más que un papagayo
yo soy el que anda de noche,
siempre por el vecindario
Y sé cuando ladra el perro
y sé cuando canta el gallo
Y sé cuando están dormidas
las muchachas de mi barrio.

Aaaaaaaa...............

Pajarillo, pajarillo,
vuela si quieres volar
yo te recorté las alas
para verte caminar
me dijiste que era firme,
como la palma llanera
si la palma fuera firme,
no la quemara candela
no la tramoleara el viento,
como la soga al llanero
a mi me pueden llamar,
el clarín de los lamentos
yo soy el que hace llorar,
los corazones por dentro
y soy como los temblores,
que vienen de tiempo en tiempo
y soy como la linterna,
que lleva la luz por dentro
y soy como el picaflor,
que anda siempre muy contento
de la rosa a los rosales,
de los páramos al viento
y así es la mujer ingrata
y el malagradecimiento
y el sol le dijo a la luna,
mujer métete pa’dentro
porque de noche no sale,
la mujer de fundamento.

sábado, 5 de julio de 2008

El mito del Canibalismo (III). Los Aztecas

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Lo que hoy se llama en tonos grandiosos y conmovedores "la conquista de México", como muchas otras historias del Nuevo Mundo, contienen de todo, menos de un heroe.

La Conquista

Después de unas pocas décadas de gobierno español, las culturas indígenas del Caribe estaban practicamente destruidas, pero al oeste todavía quedaba todo un continente. Un decreto de 1503 incluía esa zona y legitimaba también el esclavizamiento de cualquier caníbal que pudiera haber. Algunas de las expediciones enviadas a la costa nunca regresaron, pero otras trajeron rumores de que las riquezas tan ansiosamente buscadas estaban en esas tierras inexploradas.

Un joven aventurero llamado Hernán Cortés al ofrecersele tierras en la isla de Santo Domingo contestó que él había venido al Nuevo Mundo en busca de oro y no a trabajar la tierra. Con esos propósitos, en abril de 1519 se unio en una expedición a la costa y para 1521 era el nuevo señor de México. Las propias cartas de Cortés y su biografía oficial contienen abundantes descripciones de actos que díficilmente pueden ser calificados de admirables bajo ninguna época: él mismo admite haber cortado las manos, quemado en la hoguera, emboscado, sitiado por hambre y torturado a indígenas de todas las clases sociales "para mayor gloria de Dios y Su Muy Católica Majestad" a ritmo genocida.

La parte de los vencidos estaba encabezada por el emperador azteca Moctezuma Xocoyotzin, una figura pasiva cuyo momento más dramatico fue su muerte, a manos de sus propios subditos o de los españoles, dependiendo de que versión se lea. Los aztecas pagarían por las fallas de caracter de su emperador, puesto que su sojuzgamiento fue el resultado del intento de Moctezuma de engañarse y engañar a sus súbditos acerca de la naturaleza de los españoles, ya que ninguna de las deidades conocidas por los aztecas se interesaban tanto por el oro como los pálidos advenedizos.

La primer reacción fue de asombro por parte de ambos grupos. A esta fase se le puede llamar como de shock cultural. Cada grupo se esforzaba por definir y entender la existencia del otro. Las armaduras brillantes, los perros de pelea y los hombres a caballo, considerados inicialmente como un único animal, asombraron a los aztecas.

Los españoles por su parte estaban impresionados por el nivel cultural de los indígenas. Tanto la capital, Tenochtitlan, como otras ciudades del imperio no tenían nada que envidiar a las grandes metropolis de Europa. Su tamaño, población, arquitectura y bienes culturales y el orden que imperaba en ellas eran, según el propio Cortés "casi increibles".


Debido a las vacilaciones de Moctezuma los españoles pronto estuvieron dentro de la ciudad, y se estableció entre ambas partes un acuerdo por el cual los aztecas reconocían al rey de España como señor supremo y a Cortés como su representante. Sin embargo, según escribió Cortés "pasados... 6 días después que en la gran ciudad entré y habiendo visto algunas cosas della... me pareció... que convenía al real servicio de vuestra majestad y a nuestra seguridad que áquel señor [Moctezuma] estuviese en mi poder y no en toda su libertad". El emperador fue convencido de trasladarse al alojamiento de los españoles. Esta acción llevó a una sublevación popular y a la muerte de Moctezuma.

El consejo azteca reaccionó alzando por señor a Cuitláhuac, pariente de Moctezuma I de carácter mucho más enérgico, así se logro controlar la insurrección y organizar una guerra de resistencia. Cortés y sus hombres, cargados de tesoros, se vieron obligados a abandonar apresurada y desorganizadamente la ciudad, sufriendo numerosas bajas en lo que se llamo la Noche Triste. Los españoles se refugiaron en la vecina ciudad de Tlaxcala, independiente y enemiga de los aztecas. Después de un periodo de reparaciones y preparativos, los españoles y sus aliados indígenas volvieron sobre Tenochtitlan , gobernada ya por Cuahutémoc . Después de un prolongado asedio la ciudad se rindió. 100 años después del contacto y la dominación española, como resultado de la guerra, la intermitente resistencia, el hambre, la imposición de un régimen colonial duro y, principalmente, la introducción de enfermedades desconocidas hasta entonces, la población indígena del valle de México se había reducido de 1.5 millones de habitantes (estimados) a 70 mil.

El resultado de la aventura era algo muy semejante al genocidio, pero los españoles fueron capaces de racionalizar su acción: poco después de la conquista se hizo manifiesto que además de idólatras los aztecas eran sodomitas y antropófagos. Para el siglo XX la antropofagia de los aztecas habia llegado a ser un hecho etnohistórico y la única pregunta que queda en pie es cuántos eran los comidos y cual era la "verdadera" razón.

¿Aztecas Caníbales?

Cortés fue un aventurero por lo cual su legado literario es muy limitado. Al principio, como de costumbre, hubo algunas sospechas de los indios acerca de la naturaleza de los españoles registradas por Andres de Tapia. Por su parte los indígenas no dejaron de considerar la posibilidad de que los españoles fueran canibales, pero el desenlace de la guerra aseguró que la idea no se desarrollase plenamente. En contraste, la inicial idea española de que los indios eran antropófagos al igual que sus hermanos de las islas ha llegado a nosotros como un hecho histórico indudable. Sin embargo, es imposible rastrear esa idea hasta Cortés, el primer cronista de la era. Las relaciones escritas en el momento por participantes de la expedición aluden en unos pocos posibles casos al canibalismo, pero nunca afirman haberlo observado directamente.

En cambio las obras literarias de los conquistadores que escribieron sus memorias en una etapa posterior de la vida no fueron tan cautos. Para esos tiempos la racionalidad de la conquista y el carácter del gobierno colonial eran cuestionados y sucitaban candentes debates en las capitales europeas.

Así Francisco de Aguilar, uno de los lugartenientes de Cortés escribió, más de 50 años después de su regreso a España, que cuando los aztecas hacian un prisionero "lo asaban en hornillos y lo comían por manjar muy suave", también afirmaba que los indígenas "comen carne humana y la estiman más que otro alimento del mundo, tanto que muchas veces van a la guerra y ponen en peligro sus vidas solo por matar alguno y comérselo".

El escriba más prolífico resulto ser Bernal Díaz del Castillo, un oscuro soldado, que en su "verídica relación" menciona que los aztecas tenían en lugares especiales "indios e indias encarcelados y a cebo, hasta que estuviesen gordos para comer"; que cerca del templo mayor estaba la carnicería y cocina "donde cocinaban la carne de los tristes indios que sacrificaban y comían"; y que a Moctezuma "oi decir que le solían guisar carnes de muchachos de poca edad". A pesar de todo este descriptivo cuadro el autor no afirma haber visto comer a nadie; en cambio presenta un fantastico escenario bárbaro que lleva inevitablemente a la suposición de que los sacrificados eran comidos. Sin embargo una suposición no suple el no haber visto el hecho. Desde aqui se establece la lógica (si esque tal hay) de que un sacrificio humano conducia a un acto antropófago. Sin embargo esta afirmación es díficil de sostener ya que un hecho, el sacrificio humano, esta bien documentado y fue visto en numerosas ocasiones, y el otro no.


Conquistadores y Misioneros

En las crónicas de la conquista de México y de la cultura azteca hay dos clases de narradores: los aventureros y los misioneros. La visión de cada uno es opuesta. Los aventureros eran religiosos hasta el punto de creer que tenían una misión cristiana, sin embargo manifestaron, aunque con renuencia, su admiración por la cultura y espíritu marcial de los índigenas. Cortés comenta la piedad de los sacerdotes aztecas en contraste con lo que consideraba en vanal estilo de vida de ciertas órdenes religiosas españolas. En cambio, los misioneros presentaban un punto de vista más dogmatico. La compasión que sentían por los indígenas en cuanto seres humanos no era mayor que su virulento odio por casi todos los aspectos de la cultura indígena. Así el grupo de los conquistadores encomiaba la cultura azteca mientras eliminaban a sus representantes, mientras los misioneros defendían la vida de los indígenas mientras borraban de la faz de la tierra todo rastro de esa idólatra cultura.

Curiosamente, estos últimos son utilizados hoy como fuentes dignas de confianza para informarnos sobre la cultura azteca precortesiana, aún cuando ningun otro grupo ha tenido mejores razones o deseos de malinterpretar y distorsionar el material. Así tenemos que la principal documentación de canibalismo proviene de estas fuentes.

Fray Diego Durán nació en España en la década siguiente de la conquista, y su familia emigro a México siendo él un niño, de modo que Durán creció en la antigua capital azteca y es una fuente fundamental para el conocimiento de las costumbres caníbales de los antigüos mexicas. Así hace numerosas referencias a los sacrificios humanos y escribe "se los llevaban [los cuerpos] y se los comían". Pese a sus comentarios Durán nunca presenció un acto de canibalismo puesto que él mismo dice que la presunta costumbre habia sido abolida 50 años antes.

Otro monje que se cita frecuenemente en las fuentes antropofagas de los aztecas es Bernardino de Sahagun. Al igual que Durán estudió el nahuatl, y por medio de informantes y usando un cuestionario cuidadosamente elaborado registró sistemáticamente numerosos aspectos de la cultura azteca. El resultado de su trabajo son 12 libros de la cultura y la historia mexica y la conquista española que ha llegado a nosotros principalmente en el Códice Florentino. No cabe duda que los méritos intelectuales de Sahagun son muchos y, generalmente, esta por encima de todo reproche, pero al igual que Durán refleja muchas actitudes dogmaticas de su época. Así el primer libro, que presenta al lector los dioses de los antigüos mexicas, termina con una especie de sermón deplorando los errores y locuras que "por gran número de años" habían deslumbrado y desvanecido a la "infelicisima y desventurada nación".
Es sorprendente que a pesar de tan asombrosa y cruel costumbre solo 2 de los 12 libros de Sahagún mencionen el hecho de la antropofagia: el II y el IX solo contienen fragmentarias referencias a la comida de carne humana. Además no se trata de que los nformantes admitan haber participado ni haber presenciado el hecho directamente, los relatores solo dicen que el cuerpo de la victima sacrificada era llevado a la intimidad de la casa de un comerciante o de un calpulli donde se cocinaba y se comía. La idea de los informantes de que los consumidores eran de la élite tiene muchos de los prejuicios de clase que en toda sociedad existen. Cada libro contenía ilustraciones probalemente proporcionadas por los informantes y aportaban sus comentarios sobre las escenas pintadas. Es extraño que en la extensa obra de Sahagun de entre las cientos de pinturas solo exista una ilustración referente al canibalismo, y ni siquiera es un azteca comedor de carne, sino un azteca comido por sus enemigos. El hecho aparece en el libro IV como ejemplo de suerte particularmente mala que le podía acontecer a un guerrero.

De la obra de Sahagun podemos sacar más observaciones. En el libro VIII dice que durante el señorio de Ahuítzol "acaeció muy grande eclipse de sol... y que habían de descender del cielo unos mounstruos que se dicen etzitzimime, que habían de comer a los hombres y a las mujeres". Este pasaje sugiere claramente que en la mitología azteca el consumo de carne humana estaba asociado con lo desconocido, temido y malvado, no con la mundanidad cotidiana. La mención del canibalismo en los relatos contrasta el bien y el mal.

Conclusiones


Para terminar con este tema la única conclusión posible esque no hay pruebas concluyentes de canibalismo en ninguna de las culturas que hemos mencionado ni en ninguna otra. Sugerir que relatos de terceras personas es prueba suficiente de la existencia de esta costumbre, es tan válido como la suposición por parte de una cultura extraña de nuestras propias tradiciones antropofagas al conocer la existencia de mitos como los de Cronos que se comía a sus hijos o cuentos infantiles como los de Caperucita Roja, Hansel y Gretel, Jack y las habichuelas magicas, entre otros, donde abunda este hecho, o incluso el hecho simbólico de comer el "cuerpo y sangre de cristo" en la eucarístia católica que buena parte de la población mundial practica.

Toda la información de esta serie la obtuve del libro "El mito del Canibalismo" de W. Arens que está muy bien documentado. Ahi se amplia la información aqui presentada además de estudiar otros supuestos casos de canibalismo en tribus de Nueva Guínea, Africa y otras tribus Amerindias además de tocar el tema de la supuesta antropofagia en las primeras eras de la humanidad. Especial atención merece la única "prueba científica" del canibalismo en la tribu de los Fore de Nueva Guinea donde supuestamente el canibalismo es el responsable de la diseminación de la enfermedad del kuru, una enfermedad neurodegenerativa. No quise incluir esta tribu en la serie porque me pareció que era abusar mucho del libro, además de parecerme redundante el insistir, en este caso al igual que en los otros presentados, en que no ni la más mínima prueba, solo suposiciones. El caso de los Fore es interesante por el hecho de presentar que incluso los hombres de ciencia del siglo XX tienen los mismos prejuicios que los aventureros y misioneros del siglo XVI.


Para saber más:

El mito del Canibalismo. Antropología y antropofagia. W Arens. Ed. Siglo XXI.

viernes, 4 de julio de 2008

El mito del Canibalismo (II). Los Caribes

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Con el descubrimiento del Nuevo Mundo y la reciente invención de la imprenta, el siglo XVI despuntaba con una verdadera explosión de conocimento potencial o la difusión de la ignorancia.


Las islas con que tuvo el primer contacto Colón estaban habitadas por arahuacos y caribes, dos grupos culturalmente distintos. Las islas del norte que comprenden las actuales Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo y las Bahamas, estaban habitadas, salvo raras excepciones, por arahuacos que hablaban dialectos similares derivados de una lengua madre y compartían rasgos sociales y culturales. Su visión del mundo incluía el odio y miedo a los Caribes , sus vecinos diferentes y agresivos de las islas del sur: San Vicente, Santa Cruz y la Martinica. Colón se encontró primero con los Arahuacos quienes le informaron los chismes corrientes sobre sus enemigos del sur.


Según el diario de Colón los Arahuacos eran un pueblo pacífico y amable que dio la bienvenida a sus visitantes europeos con gran hospitalidad. Colón correspondió la cortesía informando a los reyes católicos que "son buenos para les mandar y les hacer trabajar, sembrar; y hacer todo lo otro que fuere menester...". El hecho de que no haya encontrado el oro y las especias que había prometido a la corona debió influir para esta insinuación sobre los potenciales beneficios de la esclavitud. También informo a los reyes católicos que los arahuacos le habían dicho que hacia el sur había "hombres de un solo ojo y otros con hocicos de perro que comían los hombres". Éstos eran también los consortes de las amazonas pues eran los únicos que tenían relaciones con "la isla de Matinino... que era toda poblada de mujeres sin hombres". No está claro como Colón llegó a poseer toda esta información pues su único interprete era un judío que "sabía diz que hebraico y caldeo y aún algo arábigo", que había sido expulsado de España en 1492 a bordo de la Santa María. Es posible que los Arahuacos hayan sido más benévolos en las descripciones de sus vecinos y que los comentarios más fantasiosos se deban a errores de traducción.


El propio Colón puso en duda las historias de los Arahuacos sobre los Caribes, comentando que los indígenas habían creído al principio que él y sus hombres eran antropófagos. Desgraciadamente el diario del almirante nunca fue publicado completo.


Al año siguiente el "Almirante de la Mar Océano y Virrey de las Indias" regresó al nuevo mundo con 17 barcos y 1500 hombres, en este segundo viaje aspiraba no solo a descubrir, sino también a colonizar. La "pacificación" de los hasta ahí nunca vistos Caribes era una de las tareas prioritarias, así que el primer desembarco tuvo lugar en la isla de Guadalupe. Los Caribes de esta isla huyeron de sus pueblos a la vista de los españoles. Sin embargo, un grupo que desembarco y recorrió las casas desiertas afirmó haber visto en ellas huesos humanos. También trajo consigo varias mujeres Arahuacas que declararon haber sido secuestradas por los Caribes. Según Bartolome de Las Casas, Colón aún no creía tales historias de horror.


El siguiente desembarco, en la isla que llamó Santa Cruz, pudo poner de manifiesto la utilidad de creer en los antropófagos: allí los Caribes lejos de retirarse, atacaron a los intrusos. La búsqueda de oro y especias seguía siendo un fracaso y con ello crecía la potencial significación del tráfico de esclavos. Los primeros Caribes capturados fueron enviados a España con una carta de Colón en que explicaba que lo hacía por el bien de sus almas. Así en sus declaraciones públicas continuaba cultivando el tema de los antropófagos mientras que la posibilidad del tráfico de esclavos iba adquiriendo una importancia cada vez mayor. Para su tercer viaje Colón tenía ya tanta experiencia que era capaz de reconocer a un antrpófago a simple vista; así, escribió sobre los habitantes de la costa de Honduras: "Otra gente fallé que comían hombres: la desformidad de su gesto lo dice".



Se estableció un sistema administrativo, la encomienda, que concedía a los colonizadores grandes extensiones de tierra junto con sus habitantes indígenas para proyectos agrícolas y mineros. Así, como Colón lo había previsto en el diario del primer viaje, los indios fueron obligados a trabajar en empresas españolas.


Los dóciles Arahuacos se sometieron al principio a las nuevas disposiciones , pero más tarde se revelaron varias veces ante la inhumanidad del sistema. Los españoles reprimieron esas sublevaciones con la mayor brutalidad, quemando vivos a varios caciques en el proceso. Un historiador contemporáneo estima que entre 1494 y 1508 murieron más de 3 millones de aborígenes en la isla de Santo Domingo como resultado de la pacificación española. Los caribes, que opusieron resistencia a la colonización desde el principio y como antropófagos, merecían mayor hostilidad naturalmente. Según Las Casas cualquier resistencia a la colonización era atribuida inmediatamente a los "caníbales". De esta manera canibalismo y resistencia llegaron a ser sinónimos y legitimaron las barbaras reacciones de los colonizadores


La política oficial de la Corona Española inicialmente había prohibido el esclavizamiento de los indígenas de las islas, puesto que se consideraba que la misión evangelizadora era más importante que los intereses económicos. Pese a las protestas y a las violaciones de los reglamentos, los monarcas mantuvieron esa política salvo en caso de presuntos caníbales. De esta forma las islas que se habían creído habitadas por Arahuacos resultaron, eliminándolas más cuidadosamente, estar plagadas de caníbales hostiles. Zonas cada vez más grandes fueron reconocidas como Caribes o caníbales y, por lo tanto, legalmente esclavizables.


Eventualmente los Caribes cayeron por completo bajo el dominio español y fueron enviados a islas distantes a trabajar en las minas y las plantaciones. Sin embargo recurrieron a la resistencia pasiva para evitar su completa aniquilación cultural. Resultaron ser malos esclavos, con una voluntad indomable que en ocasiones los llevaba al suicidio para escapar a la servidumbre. Además se negaron a aceptar la religión de sus conquistadores; algunos de los últimos representantes puros de la cultura caribe en la isla de San Vicente seguían rechazando el cristianismo a mediados del siglo XVIII, y los misioneros se vieron obligados a abandonar la isla al tener conocimiento de una conspiración para matarlos. En la Dominica, 25 años de trabajo evangelizador no produjeron un solo converso.


En general los europeos no lograron realizar sus sueños de riqueza en las islas, pero sí consiguieron terminar con los pueblos y las culturas indígenas del Caribe. Una vez consumidos los indios en las guerras de pacificación, las minas y las plantaciones, los europeos se vieron obligados a volver los ojos a otro continente en busca de fuentes alternativas de mano de obra. Otro continente igualmente plagado de salvajes antropófagos.










jueves, 3 de julio de 2008

El mito del Canibalismo (I). Los Tupinambá

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Hasta finales del siglo XV el término antropófago describía a aquellos seres situados en los límites de la civilización occidental que comían carne humana. El Nuevo Mundo trajo consigo nuevos aportes lingüísticos, entre ellos está la palabra caníbal, derivada de la mala pronunciación española los Caribes se transformaron en canibas y luego en caníbales; y así correspondió a los Caribes la distinción de que su nombre llegará a ser sinónimo de antropógafo en varias lenguas modernas, distinción debida nada menos que a Cristóbal Colón.
La clasificación de caníbales se ha dado a tribus que están en la frontera de lo que llamamos civilización. Actualmente se encuentran localizadas en zonas casi inexploradas de África y Sudamérica. Pero en realidad ese calificativo se ha dado a todas las civilizaciones que no comparten cánones con la cultura occidental. Recordemos que el "descubrimiento" del Nuevo Mundo trajo consigo tribus supuestamente antropofagas como los como los Caribe, los Tupinambá, las míticas Amazonas y hasta los Aztecas. A todos se les acusó de canibalismo y en aras de esa acusación y de muchas otras de la misma índole prejuiciosa estas civilizaciones hoy en día están extintas.
La antropofagia no es un tema nuevo. Ya Herodoto en el siglo V a.c. describía una isla en los límites de la civilización conocida "Los androfagos tienen las costumbres más salvajes de todos los hombres; no hacen caso de la justicia ni hacen caso de ninguna ley establecida [...] hablan un lenguaje peculiar; y de estas naciones, son el único pueblo que come carne humana" Desde esta descripción se forma la ecuación canibalismo-salvajismo-incivilización. Estas acusaciones de canibalismo se podían aplicar perfectamente a enemigos ideológicos: los cristianos acusaban a los judíos, los romanos acusaron a los primeros cristianos, los civilizados ingleses acusaron a los escoseses e irlandeses, los españoles acusaron a los nativos del Nuevo Mundo, la sociedad occidental actual acusa de canibalismo a las tribus de Nueva Guinea y a otras sociedades que han resistido el paso de su enseñanza, así mismo estas mismas sociedades acusan de canibalismo a los europeos. En fin, que el epíteto de caníbal ha sido aplicado en algún momento por alguien a todos los grupos humanos.

La antropología social acepta la definición de canibalismo como hecho real y lo clasifica según el estatus del consumido:

- Endocanibalismo: Se refiere a comer a un miembro del propio grupo.
- Exocanibalismo: Indica el consumo de forasteros.
- Autocanibalismo: Ingerir partes del propio cuerpo.

Según el motivo del acto se clasifica en:

- Canibalismo gastronómico: Cuando se come carne humana por su sabor y valor nutritivo.
- Canibalismo ritual o mágico: Se identifica un intento de absorver la escencia espiritual del difunto.
- Canibalismo de supervivencia: Recurrir al canibalismo, normalmente prohibido, en condiciones de crisis.

A pesar de todo lo aquí descrito resulta increíble que no se tengan pruebas de canibalismo, aparte quizá de las situaciones de supervivencia , no hay ninguna fuente confiable de primera mano que describa haber presenciado el acto y proporcione detalles de principio a fin. El canibalismo es, por definición, un fenómeno observable, por lo tanto la evidencia de su existencia debería derivar de la observación por fuentes dignas de confianza. Pero no las hay. Vale la pena preguntar porqué debemos dar por sentado que existe un fenómeno a la vez tan fascinante y repulsivo en lugar de documentarlo.

Los antropólogos, exploradores, misioneros, comerciantes y otros por el estilo que han hecho labor de campo en los diferentes grupos tribales de África y América lo más que han reportado sobre este tema son informes de terceras personas cuando no relatos inverosímiles sobre este hecho. Cabe aclarar que dichas personas, a pesar de haber convivido durante cierto tiempo con grupos de salvajes antropofagos, regresaron a sus lugares de origen sanos y salvos y pudieron publicar sus trabajos.

Un ejemplo de esto es Hans Staden, un sujeto que visitó la costa Sudamericana en el siglo XVI como marinero común en un buque mercante portugués. A través de una serie de aventuras, incluyendo el naufragio, pronto fue capturado por los indios Tupinambá, un grupo con fama de caníbales. No hace falta decir que el héroe no fue comido y que después de un periodo de cautiverio regresó a su nativa Alemania donde publicó la historia de sus desdichas. La narración esta acompañada por grabados en madera que exciben la tendencia caníbal de los indios. Según Staden un prisionero era mantenido a la vez como invitado y como cautivo por cierto periodo. Además de comida y alojamiento se le proporcionaba una mujer. Si la mujer quedaba embarazada, el producto era criado como uno de ellos, pero llegado a la edad adulta "cuando les da la gana, lo matan y se lo comen". Staden pasó entre ellos menos de 12 meses, de modo que no pudo haber observado todo el proceso que describió y no hay forma de conocer el origen de esta información. Mientras tanto se hacen preparativos para el deceso y consumo de la víctima. Se preparan comidas y bebidas, se invita a huéspedes y el desdichado pasa una serie de sesiones de "calentamiento" en que "las mujeres conducen al prisionero una o dos veces al lugar donde debe morir y danzan a su alrededor". El día del gran evento se le conduce amarrado al lugar escogido dónde delante de todo el grupo padece las burlas de las mujeres pintadas que se jactan de que se lo comerán. Encienden un fuego cerca de él y exciben la maza que servirá para enviarlo a reunirse con sus antepasados. Finalmente es ejecutado por un guerrero y "las mujeres se apoderan del cuerpo inmediatamente". Después de descuartizarlo cuatro de ellas con los correspondientes miembros en su poder "recorren la aldea dando gritos de alegría". El cuerpo es luego cocinado y devorado con visible deleite, según Staden quién dice: "Yo estaba presente y vi todo esto con mis propios ojos"

Veamos la evidencia de este caso. Es dudoso que Staden, un ordinario marinero del siglo XVI, haya escrito el libro él mismo ni haya hecho los grabados. En el mejor de los casos, el producto final fue supervisado por Staden 9 años después de su regreso a Europa. Esto es importante porque hay que tener en cuenta las cuestiones del lenguaje y la capacidad de recordar. En cierto momento Staden menciona su imposibilidad lingüística para comunicarse con un francés que visitó a los Tupinambá mientras él era cautivo. Sin embargo era capaz de dar detalle de numerosas conversaciones entre los propios indios, aunque solo estuvo con ellos un tiempo relativamente corto. Se mostró particularmente hábil al relatar palabra por palabra el dialogo de los indios el primer día de su cautiverio cuando discutían entre ellos cómo, cuándo y dónde se lo comerían. Es evidente que en ese momento Staden no podría entender la lengua de los Tupinambá y reconstruyó la escena tal como la recordara 9 años antes. También los diálogos posteriores que aparecen en el libro deben haber sido una reconstrucción porque no hay indicio que tomará notas y ni siquiera de si sabía escribir. En una escena que da testimonio de la memoria y piedad de Staden este repite el salmo "Desde las profundidades he clamado a ti" a lo que indios responden "mira como llora; ahora está realmente triste". Tendríamos que suponer que también los Tupinambá tenían una habilidad excepcional para las lenguas pues pudieron entender y responder al alemán de Staden tan rápido.