Las novelas paleocristianas son novelas que tratan de narrar la historia de los primeros cristianos, en especial los que vivieron justo después de la muerte de Cristo y las persecuciones que sufrieron, puede tenerse por un subgenero de la novela Histórica. Podemos mencionar títulos tan conocidos como: Ben-Hur, Los últimos días de Pompeya, Fabiola, Los pecados de Herodes, La hija del fariseo (no tan famosa pero muy buena), entre otras. De estas, la novela que más me gusta es la de Quo Vadis del polaco Henrik Sienkiewics y dentro de está mi personaje favorito es Chilo Chilonides. Para quién no lo conozca helo aquí:
Chilo Chilonides: - Soy cínico, porque llevo un manto agujereado; soy estoico, porque soporto con paciencia la pobreza; soy peripatético, porque como no poseo una litera voy a pie de una tienda de vinos a la otra y en el camino enseño a todo aquel que promete pagarme el valor de un cántaro de vino.
Petronio: - ¿Y ante el cántaro te vuelves un retórico?
Chilo Chilonides: - Heraclito declara que "todo es fluido" ¿podrías tú negar, señor, que el vino es fluido?
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Vinicio: - ¿Te has ocupado antes en servicios de este género? (Vinicio, sobrino de Petronio le encargó la búsqueda de Ligia, su amada)
Chilo Chilonides: - En el día estiman los hombres en demasiado poco la virtud y la sabiduría, para que un filosofo no se vea en la necesidad de buscar otros medios de subsistencia.
Vinicio: -¿Cuáles son tus recursos?
Chilo Chilonides: - Saberlo todo y servir con mis noticias a todos los que de ellas tengan necesidad.
Vinicio: - ¿Y quién paga eso?
Chilo Chilonides: - ¡Ah señor! Necesito comprar un copista. De otra manera mi sabiduría perecerá conmigo.
Vinicio: - Si hasta hoy no has logrado reunir lo bastante para comprar un manto nuevo, no pueden ser tan famosos los servicios tuyos.
Chilo Chilonides: - La modestia es mi rémora. Pero ten presente, señor, que en la actualidad no existen benefactores de esos que antes fueron numerosos, y para quienes había tanta satisfacción en llenar de oro, a cambio de un servicio, como de tragarse una ostra de Puzol. No, mis servicios no son pequeños, como es hoy pequeña la gratitud de los hombres.
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Chilo Chilonides: - ¿No les has visto hacerse entre ellas algunos signos inteligentes para ellas solas?
Vinicio: -¿Signos? ¡Aguarda! Si; vi una vez que Ligia dibujaba un pescado sobre la arena.
Chilo Chilonides: -¿Un pescado? ¡Ahhh! ¡Ohhh!
Vinicio: -¿Y tú adivinas lo que significa?
Chilo Chilonides: ¡Que si adivino! ¡Quiera la fortuna derramar toda clase de bendiciones sobre ambos, dignos y nobles señores!
Chilo Chilonides (Monologando): - Es menester que vaya a casa de Esporo y escancie un poco de vino a la fortuna. ¿Conque ella trazo un pescado sobre la arena? ¡Si sé lo que eso significa que me atoren con un pedazo de queso de cabra! [...] Con otra bolsa como esta, podré arrojar lejos la alforja del mendigo y comprarme un esclavo. Mas, ¿qué dirías tú, Chilo, si yo te aconsejase que no compraras esclavo sino esclava? Yo te conozco bien y sé que tú consentirías. Y si la esclava fuera bonita y joven, tú mismo te rejuvenecerías a su lado y al propio tiempo sacarías de ella una buena renta y segura.
Ya en la taberna:
Chilo Chilonides: he trabajado hoy con Séneca desde el amanecer hasta el medio día; y he aquí lo que me dio mi amigo al separarnos. (le muestra monedas de oro)
Chilo moja los dedos en el vino y dibuja sobre la mesa un pescado.
Chilo Chilonides: - ¿Sabes tú lo que significa eso?
Esporo: - ¿Un pescado? Pues, un pescado... si, eso es, un pescado.
Chilo Chilonides: - Tu eres un zote, si bien pones tanta agua en tu vino, que bien pudieras encontrar un pescado en el. Esto es un símbolo que, en el lenguaje de los filósofos, quiere decir: "la sonrisa de la fortuna". Si tú lo hubieras adivinado, también habrías podido hacer una fortuna. En verdad te digo: has de hacer honor a la filosofía, si no quieres que cambie de taberna, proceder que desde hace tiempo, me ha venido recomendando mi personal amigo Petronio.
En otra entrada pondré la carta que Petronio le escribe a Nerón (en la novela) antes de cortarse las venas. Ahhh porque me faltó aclarar que dentro de Quo Vadis hay personajes reales, que en verdad existieron tal es el caso de Petronio (el arbiter elegantiae que se dice es el mismo Petronio que escribio El Satiricón), Tigelino, Lucano, Popea, Neron, etc.
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