lunes, 17 de noviembre de 2008

Pensamientos Peregrinos

Quiero brindar en este instante por tu ausencia.
Por las palabras no dichas, pos los besos no reclamados.
Por este amor infame que ha sido mi martirio;
por este desear tanto y tanto y no encontrar alivio.

Mi vela errante por el mundo vaga
sin ruta establecida ni destino cierto
y mi sol, que tanto alumbró, poco a poco se apaga
y mi alma se quebranta y mi piel se eriza
al reconocer a la única compañera de mis días
y mis noches por venir, por lo demás vieja conocida,:
... la soledad.

Algo me pasa, mi cerebro se confunde;
ya no miro, ni oigo, ni rio; solo pienso y escribo.

La locura viene a mi ¡bienvenida sea!
La sífilis progresando en mi cerebro;
la lepra carcomiendome las entrañas
¿Me estarán embrujando?
¿Pero quién? ¡Si a nadie le importo un carajo!

Es mi cansado cuerpo que ya pide tierra.
Que está cansado de sufrir y pensar:
Pensar en sufrir y sufrir por pensar.
Circulo maldito que no se rompe ni con dinamita.
Circulo vicioso que sigue dando pie a las margaritas.

Yo ya no creo en nadie, ni en mí misma.
La fe se me ha acabado...
rondando por callejones estrechos y empedrados,
no sé como ni cuando...
la fe se me ha extraviado.

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